La autora, tras más de quince años viajando a los países que conforman el Sahara y su periferia, ha terminado por vincularse emocionalmente, de manera intensa, con el mosaico de paisajes y culturas que habitan estos territorios. Sus viajes han sido al modo antiguo, el único que realmente permite ver más allá de la postal que resume los tópicos. Ella y sus compañeros han llegado a donde no llega el turista convencional; han vivido bajo el mismo techo y han compartido té y alimentos con familias tuareg, bereber o bororo; asistido a sus ceremonias y rituales; oído sus leyendas; conocido sus historias.
Este volum ...